A las Personas Cuidadoras: gracias por estar en momentos tan delicados

Elena Palacios Bergua, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Boltaña

365 días al año. Quienes cuidan a una persona enferma no tienen descanso. Ser cuidador es, en muchas ocasiones, una forma de devolver toda la paciencia y amor que nuestros mayores nos dieron cuando éramos unos niños. Ser cuidador también supone dedicarse en cuerpo y alma a quienes, por ejemplo, por una enfermedad degenerativa o un accidente se encuentran en situación de dependencia.

Una labor silenciosa, que implica grandes sacrificios, que en ocasiones obliga al cuidador a coger una excedencia laboral para estar con su familiar todo el tiempo que precisa, que no tiene horarios y se extiende mañana, tarde y noche. Una labor para la que no estamos preparados, que nos sorprende en un momento siempre inesperado, que cambia nuestra perspectiva de la vida y que reconduce nuestras prioridades.

Hace unos días se conmemoró el Día Internacional de las Personas Cuidadoras. Una jornada que homenajea a quienes cuidan de aquellos que no pueden tener una vida plena. Que lo dejan todo, que dan lo mejor de sí mismos para atender a familiares en la mayoría de ocasiones con el único objetivo de mejorar su calidad de vida. Sin protección social, un empleo no reconocido que debería serlo.

Pero no podemos olvidar al cuidador profesional, personas que se han formado para ello y que brindan asistencia domiciliaria, que acompañan y apoyan a nuestros seres queridos cuando nosotros no podemos hacerlo. Fue un presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, el que impulsó y aprobó la Ley de Atención a la Dependencia, una conquista social que reconoce el derecho de todos los ciudadanos a recibir ayuda del Estado cuando no puedan valerse por sí mismos, lo que permite contratar los servicios de un cuidador para aquellas acciones del día a día que no puede realizar de manera autónoma. Una ley que como él mismo dijo, habla de valores como la “dignidad, solidaridad, integración, superación y autonomía”.

¿Han visto Cuidadores? Un documental que habla de complicidad, confianza y respeto que se establece entre las dos partes de esta situación: la persona dependiente y quien la cuida. A través de una serie de reuniones, familiares de personas con enfermedades degenerativas también comparten sus experiencias, aprenden a llevar situaciones muy duras a las que, casi diría que inevitablemente, todos nos tendremos que enfrentar. Y es viéndolos a ellos, si aún no has pasado por algo parecido, cuando entiendes que ser cuidador no es solo difícil, emocionalmente muy complicado y físicamente agotador. Ser cuidador es también apoyo, cada vez son más las asociaciones que se centran en cuidar de quien cuida; es comprensión y cariño, hacia la persona que necesita esos cuidados, pero también hacia quienes se dedican a ellos; es necesidad de respiro y alivio, para quien recibe una ayuda para aquello que no puede hacer solo, pero también para los familiares que les cuidan sin importar los días y horas de la semana, sea Navidad o el puente de agosto.

Por eso, quiero agradecer la labor que realizáis. Hombres y, sobre todo, mujeres cuidadoras. Sí, seguimos siendo nosotras las que, mayoritariamente, compatibilizamos nuestros trabajos o los dejamos a un lado para cuidar de nuestros seres queridos, o las que nos dedicamos a ello profesionalmente.

Si tanto hombres como mujeres necesitamos en algún momento de nuestras vidas el apoyo, cariño y ayuda de un cuidador, la sociedad debe concienciarse de que tanto hombres como mujeres pueden desempeñar este arduo trabajo. Gracias por estar en momentos tan delicados. Nuestro apoyo, visibilidad y reconocimiento por esta gran labor.