¡NI UN PASO ATRÁS!

Belén Hernández Fumanal, concejal socialista en el Ayuntamiento de Huesca

Un año más, llega el 8 de marzo y siento la necesidad de parar y reflexionar sobre los derechos conquistados y las tareas aún pendientes. Sé que todavía queda mucho por conseguir pero me gusta pensar en los logros alcanzados a lo largo de los años por tantas y tantas mujeres que nos han precedido. Me gusta pensar que valió la pena su lucha y que no ha caído en saco roto todo ese esfuerzo. Me gusta pensarlo para que no se me olvide y para recordárselo a todos y todas aquellas que dudan si vale la pena seguir en la lucha.

Porque hay que recordar que hace no tanto las leyes de este país obligaban a las mujeres a obtener el consentimiento de sus maridos para contratar, por ejemplo, un seguro, o para disponer de sus propios bienes. Que era legal el despido del trabajo de una mujer por estar embarazada o por casarse. Que estaba prohibido comparecer por sí solas en un juicio o que la mujer debía sumisión al marido por imposición legal. Que en caso de abusos sexuales a las mujeres, la ley exigía que la víctima probara “resistencia activa” para que se considerara violación, o que la violencia machista no era considerada violencia ni, por tanto, era castigada.

Y ya sé que hoy todo esto no es así pero lo escribo porque quizá hay mucha gente que ya no lo recuerda. Ya sé que hoy todo esto ha cambiado y que tenemos leyes que protegen a las mujeres y contemplan medidas que pretenden llevarnos hacia una sociedad en la que la igualdad de género sea al fin una realidad. Ya sé que hoy sí existe la violencia de género en nuestra legislación y que esta se castiga en nuestro código penal. Ya sé que hoy las mujeres somos libres para decidir sobre nuestro propio cuerpo. Ya sé que ahora es improcedente un despido por estar embarazada y ya sé que hoy las leyes dicen que los derechos laborales son iguales para todas las personas, independientemente de su género. Y ya sé que hoy las mujeres y los hombres tienen los mismos deberes conyugales y que hoy el consentimiento es el elemento que determina si hay o no delito sexual. Pero, ¿y mañana?

Nada ni nadie nos puede asegurar que los derechos que hoy tenemos podremos seguir disfrutándolos mañana. Y, sinceramente, estoy preocupada porque parece que cada vez estamos más cerca de volver a tiempos pasados.

Estamos escuchando últimamente discursos antifeministas y también negacionistas de la violencia de género. Discursos cargados de odio hacia las mujeres y que intentan mostrar a los hombres en una situación de inferioridad y vulnerabilidad frente a las mujeres por culpa del feminismo. Discursos que intentan polarizar la sociedad y enfrentar a mujeres y hombres.

Y yo quiero decir basta. Basta de creer que el feminismo nos enfrenta. Basta de negar la violencia machista y basta de polarizar la sociedad.

Hoy es más necesario que nunca no reblar en la lucha feminista porque hoy sí están en peligro nuestros derechos. Debemos salir a las calles y decir bien alto que no vamos a permitir ni un paso atrás. Que somos más las y los que queremos avanzar que quienes nos quieren devolver al pasado. Que no nos vamos a callar.

Y sí, nosotras vivimos mejor que nuestras abuelas y que nuestras madres, tenemos derechos por los que ellas lucharon pero no disfrutaron, somos más libres e independientes, pero todavía no somos iguales.

Como cada 8 de marzo, quiero creer que hoy las mujeres que nos precedieron estarían orgullosas de nosotras y de nuestra lucha. Quiero creer que hoy mis abuelas estarían orgullosas de mí y quiero creer que mañana mis hijas tendrán un futuro mejor.

Por todas ellas, por ti, por mí, por nosotras, ¡NI UN PASO ATRÁS!